Rosa María Ballesteros García
Nuestra propuesta gira en torno a tres actrices exiliadas durante la Guerra civil, todas ellas vinculadas con dirigentes republicanos que les acompañaron al exilio. Alicia Rodríguez (malagueña) tenía cuatro años cuando llegó a México, llegando a ser una estrella de Época de Oro del cine mexicano; con otro mérito más: fue propuesta como Premio Nobel de la Paz en 1997. Debutó en 1943 dando vida a “Pipa” en Las aventuras de Cucuruchito y Pinocho. Hizo teatro, radio y televisión. María Casares (gallega) se exilió al finalizar la guerra en Francia. Sería una actriz de primera fila del cine y teatro francés. Tenía catorce años cuando abandonó nuestro país y fue hija de Santiago Casares Quiroga, ministro y jefe de Gobierno de la República bajo la presidencia de Manuel Azaña. Es considerada como una de las trágicas galas más notables de su generación. Rosita Díaz Gimeno (madrileña) ya era una actriz famosa y reconocida del cine de la República (“La sonrisa de la República”) cuando abandonó nuestro país. Se casó con el hijo de Juan Negrín, jefe del gobierno republicano. En los años 30 marchó a Hollywood, como otros actores de la época, y participó en versiones españolas de películas estadounidenses. A su regreso a España, y hasta su exilio, siguió trabajando en películas de producción nacional. Vivió en México y Estados Unidos, donde llegó a ser profesora en la Universidad de Princeton. También trabajó como actriz de teatro y cine en ambos países. Las dos primeras citadas publicarían sus memorias.
Our proposal revolves around three actresses exiled during the Civil War, all of which are linked to Republican leaders who accompanied them into exile. Alicia Rodríguez (born in Málaga) was four years old when she arrived in Mexico, and became a star of the Golden Era of Mexican cinema; she was also proposed as a Nobel Peace Prize in 1997. She debuted in 1943 bringing “Pipa” to life in The Adventures of Cucuruchito and Pinocchio. She did theater, radio and television. María Casares (from Galicia) went into exile at the end of the war in France. She would become a successful actress of French cinema and theater. She was fourteen years old when she left our country and was the daughter of Santiago Casares-Quiroga, minister and head of government of the Republic under the presidency of Manuel Azaña. She is considered one of the most remarkable dramatic French actresses of her generation. Rosita Díaz-Gimeno (from Madrid) was already a famous and recognized actress of the cinema of the Republic (“The Smile of the Republic”) when she left our country. She married the son of Juan Negrín, head of the Republican government. In the 1930s she went to Hollywood, like other actors of the time, and participated in Spanish versions of American films. Upon her return to Spain, and until her exile, she continued to work on domestically produced films. She lived in Mexico and the United States, and even taught at Princeton University. She also worked as a stage and film actress in both countries. The first two actresses mentioned would publish memoirs.