La pandemia provocada por el Covid 19 paralizó la administración de justicia española, que no estaba preparada para trabajar fuera de su sede física. La implantación apresurada de diferentes tecnologías, especialmente los accesos remotos y las videoconferencias han demostrado su eficacia para salvar, en la medida de lo posible, las consecuencias de esa parálisis; si bien debería aprovecharse la experiencia de su empleo (en España y en otros países) para dando un paso más, aligerar el proceso de alguno de los obstáculos que en la actualidad le afectan.