Teresa Kwiatkowska
La época prerromántica y romántica de la cultura europea está marcada por cambios radicales en la percepción de la naturaleza. Se advierte un nuevo viraje: una cesura invisible llena el concepto de naturaleza de un sentido peculiar. La historia de la civilización había sido testigo de “la naturaleza mágica”, del “milagro griego”, de la “nueva naturaleza” renacentista, había visto la natura mística y alquímica, también la naturaleza matemática de D’Alembert y la “Madre naturaleza” de Diderot. En este momento, en los campos de la teoría y de la historia de la cultura aparece un deseo de colmar la naturaleza con los atributos de una existencia completa y profunda, y de introducirla en una antinomia de incalculable importancia: la contradicción entre cultura y naturaleza.