Pedro del Río López, Alicia García Herrero
Dado el elevado diferencial en renta per cápita entre los miembros actuales y los países candidatos, el principal reto que afrontan estos últimos es avanzar en la convergencia real. Tres factores son esenciales para aumentar el crecimiento económico de estos países de manera sostenida: la estabilidad macroeconómica, las reformas estructurales y el desarrollo del sistema financiero. A pesar de los progresos realizados en el primer ámbito, la consolidación fiscal es aún muy escasa y existen también vulnerabilidades en el ámbito de la sostenibilidad exterior. En cuanto a las reformas estructurales, la estructura económica de estos países es cada vez más similar a la de los países de la UE, gracias a la integración económica y financiera. Además se ha producido una asimilación del entramado institucional con la adopción del acervo comunitario.
A pesar de ello, existen aún diferencias institucionales importantes que han de reducirse, además de avanzar en la liberalización de los mercados y la política de competencia. Finalmente, los sistemas financieros siguen siendo muy pequeños y relativamente ineficientes para poder coadyuvar al crecimiento. Será esencial que en los próximos años crezca su tamaño, en especial el del crédito al sector privado, pero de manera controlada para evitar posibles crisis.