En este artículo se estudian las reformas que han formado parte de la transformación global, tanto política como económica y social, de Europa Central y Oriental tras la caída de los regímenes comunistas, en 1989. Como ejemplos se toman los casos de la República Checa, Hungría y Polonia, describiendo y comparando el progreso de las reformas, sus resultados y sus principales problemas. Estas reformas han avanzado en dos fases, afectando, en primer lugar, al nivel municipal y, más tarde, al nivel intermedio de gobierno. La transformación del gobierno municipal fue la parte más fácil y se aceptó sin problemas; por el contrario, en la República Checa y Polonia, la reestructuración del gobierno intermedio ha venido acompañada de conflictos y retrasos más importantes. En su mayor parte, el impulso de estas reformas ha surgido dentro del país, aunque las instituciones europeas también hayan representado un papel destacado.