María Milagros Sieiro Constenla
Las operaciones de reestructuración empresarial están fuertemente condicionadas por su fiscalidad. La importancia de las plusvalías que pueden ponerse de manifiesto con ocasión de su realización hacen del factor fiscal un aspecto central. Únicamente la configuración de un régimen especial con fundamento en la neutralidad impositiva podría resultar coherente con las exigencias de la internacionalización económica. Este proceso, unido a la confianza que otorga un marco normativo comunitario, y su lectura flexible por la norma interna española de adaptación explican su utilización creciente en los últimos diez años. Las empresas gallegas no han permanecido ajenas a esta realidad. Su comportamiento en este período se ajusta a determinadas pautas: un equilibrio cada vez más apreciable entre las operaciones de "concentración" y "reorganización" empresarial, acompañado de una evolución creciente que tiene como punto de inflexión al año 1996