Los estudios sobre medios de comunicación rinden siempre tributo al impacto social y fuerza de penetración de lo audiovisual pero la investigación académica pivota sobre la prensa escrita. El autor cree que ello prueba lo ajustado de su criterio, según el cual, aunque los audiovisuales hacen mucho mido, el poder e influencia de los «medios» continúa en la galaxia Gutenberg. El poder político es una relación social y se articula en cauces narrativos y discursivos que son fáciles de aislar, sintetizar, estudiar y tratar de explicar si están por escrito. Lo audiovisual es un terreno más difícil porque entronca con una tradición secular (incluso milenaria) de una iconografía mediante la cual se ha expresado siempre el poder en todo tiempo y lugar. Cada época, ideología, religión, creencia o modo de organización ha generado su cultura icónica, cuyas leyes, reiteraciones y mutuas influencias forman un tupido entramado nada fácil de desentrañar y cuyo punto central es la funcionalidad del arte como el primero, eterno y esencial medio de comunicación. Este trabajo es un intento de acercamiento a la tarea de construir una iconografía política.