La transformación digital y la reorganización de la empresa han generado fórmulas distintas de la relación de trabajo típica. Frente al modelo de disrupción digital que proclama la inadecuación del marco jurídico a los modelos de trabajo y de negocio «innovadores», en este artículo se aboga por la reglamentación laboral como factor de innovación. La relación de trabajo es un instrumento flexible y las formas típicas de empleo resultan rentables y eficientes. Además de permitir el pleno ejercicio de la prerrogativa empresarial y la flexibilidad interna en la gestión del trabajo, constituyen un mecanismo eficaz de formación y capacitación.