Philippe Revelli
Un Bangsamoro ampliado, dotado de un Parlamento propio, de autonomía y de recursos incrementados: en Filipinas, estas antiguas reivindicaciones se han hecho realidad. Se ha designado un Gobierno de transición, que dispone de tres años para asentar las bases de una paz duradera en la región. Sin embargo, esta perspectiva suscita tantas esperanzas como dudas.