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El concepto de resiliencia se ha popularizado enormemente en los últimos años. Proveniente de la física, la ecología y la psicología, se ha incorporado en los últimos quince años a los ámbitos del desarrollo y la acción humanitaria, especialmente a raíz de la adopción del marco de acción de Hyogo, un documento firmado y aprobado en 2005 en esta ciudad japonesa por 168 países, con el objetivo de aumentar la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres. En estos años, las organizaciones internacionales, las agencias nacionales de cooperación, así como los diferentes gobiernos nacionales, regionales y locales, han asumido el concepto en su discurso y su intervención en terreno. Por citar algunas manifestaciones de esto, el concepto de resiliencia aparece dieciocho veces en resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas que aprobó en 2015 la Agenda 2030 y veintiuna veces en la declaración de la Unión Europea que estableció en 2017 el nuevo consenso europeo en materia de desarrollo. Las organizaciones de la sociedad civil también se han sumado a este proceso. En esta entrevista conversamos con Lourdes Benavides del trabajo de Oxfam en el ámbito de la resiliencia y sobre algunas críticas que se le han hecho a este concepto.
