Entre los impactos que puede tener e incluso ya está teniendo el coronavirus en la Administración, resulta llamativo que después de todas las feroces resistencias y las interminables prórrogas y vacatio legis al procedimiento electrónico, finalmente vaya a ser un virus diminuto el que le dé el empujón definitivo. Y hablando de relaciones telemáticas, el teletrabajo se lleva la corona (nunca mejor dicho).