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Víctor L. Urquidi
La Conferencia Internacional de Población llevada a cabo del 6 al 14 de agosto de 1984, culminó en una serie de 88 recomendaciones y en la adopción de la llamada "Declaración de la ciudad de México sobre Población y Desarrollo". Esta declaración fue adoptada por consenso. El documento consta de 23 escuetos párrafos, redactados por un "Grupo de Amigos del Presidente de la Conferencia", tal vez en consulta con otros miembros de delegaciones. Para explicar esta Declaración, quisiera hacer breves consideraciones generales del marco en que debe entenderse y de lo que significó la Conferencia Internacional de Población. Lo más importante es que en los últimos treinta años se ha creado conciencia en el mundo de que las cifras totales de población no son una simple estadística que se da a conocer en los anuarios de las Naciones Unidas y otras publicaciones, sino que encierran una serie de problemas sin precedentes en la historia de la humanidad. Los programas de salud llevados a cabo en los últimos treinta a cuarenta años han hecho descender la mortalidad general y, en la mayoría de los casos, la mortalidad infantil, a una velocidad mucho mayor que en cualquier época que hayamos conocido en nuestras lecturas sobre algunos periodos del siglo XIX.
