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Gustav Ranis
El interés reciente y cada vez mayor por el problema del desempleo en los países en vía de desarrollo (PVD) adquiere muchas formas. Al igual que el desarrollo mismo, el tema es complejo y presenta muchas facetas, pero es posible que ninguno de los eslabones en la cadena de argumentos haya sido tan incierto y controvertido como el referente a la gama real de opciones tecnológicas abiertas físicamente a los sectores no agrícolas de los PVD de hoy en día —aun cuando hubiera disposición a escuchar consejos pertinentes sobre el tema. En este trabajo se intenta arrojar luz sobre la cuestión de la capacidad de los sectores industriales de los PVD para absorber eficientemente la mano de obra desempleada o subempleada en el curso del desarrollo económico. Sabemos que inclusive en los países que han crecido a una tasa de 5 o 6% anual en términos reales en el pasado —y cuyo crecimiento global ha sido en general muy satisfactorio en los años sesenta, tal como lo registra la Comisión Pearson—las tasas de crecimiento del sector industrial de 8 a 10% anual han estado acompañadas por tasas de absorción de fuerza de trabajo de solamente 2 6 3%. Por añadidura, la elasticidad del empleo industrial con respecto a la producción no solamente ha sido baja, sino que al parecer ha disminuido a lo largo del tiempo. En, consecuencia, en casi todo el mundo subdesarrollado parece que los índices combinados de desempleo y subempleo han estado creciendo —acompañados de una conciencia cada vez mayor de lo inadecuado del ingreso per capita como indicador principal del proceso.
