Acceso usuarios
Vanusa Carla Pereira Santos
En este artículo es discutido el territorio de Aurá, ubicado en Belém (PA), sus actores, relaciones y conflictos sociales, ambientales y económicos, representados por los recolectores de basura, el Gobierno Municipal y Estatal, y la empresa Conestoga-Rovers, que quema gas metano, producido a partir de la descomposición de los residuos. El desafío es comprender cómo esos actores se adueñan socialmente de la naturaleza, una razón ambiental que de acuerdo con Leff (2002), no es más que un abuso del dominio de la lógica del mercado. La metodología aplicada son entrevistas y cuestionarios utilizados para la recopilación de datos en los meses de julio a setiembre del 2012 junto con los participantes o actores envueltos. Como resultados preliminares tenemos la irregularidad de Aurá, que funciona sin licencia ambiental, las condiciones inadecuadas de los recolectores y los habitantes que viven en las periferias de la zona, y la empresa Conestoga que negocia los créditos de carbón por la quema del gas metano. Luego, se encuentra una fundamental desarticulación entre las políticas sociales, ambientales y económicas.
The article discusses the territory of Aurá, located in Belém (PA), its actors, relations and social conflicts, environmental and economic aspects, represented by the garbage collectors, the Municipal Government and State and Conestoga-Rovers, a company that burns gas methane produced by decomposition of the waste. The challenge is to understand how these actors socially reappropriate nature, an environmental rationality, in the sense presented by Leff (2002), exceeding the mastery of the logic of the market. The methodology used interviews and questionnaires to collect data, between July and September 2012, from the stakeholders involved in the issue. As preliminary results we note an irregularity in Aurá, that works without licensing, the poor conditions of nearby residents and scavengers, and the Conestoga company that trades carbon credits by burning methane gas. We therefore have found a fundamental disconnection between social, environmental and economic policies.
