Santiago Carbó Valverde, Francisco Rodríguez Fernández
El cambio a la baja en las previsiones macroeconómicas y el giro asociado en la política monetaria –extendiendo la expectativa temporal de tipos de interés reducidos– explican, en buena medida, que el beneficio neto conjunto de las seis mayores entidades financieras españolas en 2019 fuera de 13.592 millones, un 18,4% menos que en el ejercicio anterior.
Se trata de una corrección en línea con la del resto de la eurozona. Pero en 2020 están concurriendo factores geopolíticos de incidencia sectorial transversal y de una magnitud previsiblemente inusitada (en particular, el virus COVID-19), que están teniendo una incidencia negativa significativa en el valor de mercado de la industria bancaria.
Las acciones aprobadas por el gobierno español, en particular las referidas a un ambicioso programa de financiación y avales público-privado, y por el BCE, con un programa de compra de deuda de 750.000 millones de euros para la eurozona, son herramientas de magnitud considerable que pretenden amortiguar el impacto económico de la crisis sanitaria