Vivimos en la era de los datos y uno de los aspectos que más valor aportan a un dato es la variable espacial. La industria geoespacial crece cada día gracias a la tecnología y los datos se han convertido en su moneda. Las personas los generan y las empresas y gobiernos los usan, lo que implica aspectos positivos —como la personalización de las experiencias—, pero también negativos, afectando directamente a su privacidad.
We live in the age of data and one of the most valuable aspects for a data is the spatial variable. The geospatial industry is growing every day thanks to technology and data have become its currency. People generate them by using their mobile devices and companies and governments use them, what implies positive aspects, such as the personalization of experiences, but also negative ones, directly affecting their privacy.