México
El fenómeno pandilleril de Centroamérica se remonta a los años 50, pero experimentó cambios notables cuando Estados Unidos intensificó las deportaciones de no ciudadanos delincuentes, incluido miembros de la Mara Salvatrucha y la Calle Dieciocho. Pequeños grupos juveniles territoriales, involucrados en delitos menores, se transformaron en pandillas grandes, mayormente criminales con cientos de clicas. A principios de los años 2000, los países del Triangulo Norte lanzaron estrategias represivas para frenar a las pandillas y bajar las tasas de homicidios. Sin embargo, los homicidios aumentaron, y las maras fortalecieron su estructura, su participación criminal, y su presencia geográfica. En medio de debates sobre si estos grupos se han convertido en bandas transnacionales del crimen organizado, el fenómeno ha provocado un gran interés en la industria del cine. Años recientes han visto una proliferación de documentales que examinan la naturaleza de las pandillas y las respuestas estatales. Estas producciones visuales merecen un examen no sólo porque echan luz sobre uno de los principales retos de seguridad en el Hemisferio Occidental, sino también porque influencian la opinión pública sobre las pandillas y pueden crear apoyo para algunas políticas y rechazo a otras. Este artículo explora la representación de las maras en seis documentales y sus implicaciones para la implementación de las estrategias antipandillas.
Central America’s gang phenomenon dates back to at least the 1950s, but it experienced striking changes when the United States stepped up its deportation of offending non-citizens, including members of Mara Salvatrucha and Calle Dieciocho. What had been small, territorially-based youth groups implicated in petty delinquency developed into large, more criminally-involved gangs with hundreds of cliques. In the early 2000s the Northern Triangle countries launched repressive strategies to crack down on gangs and curb spiralling murder rates.
Homicides, however, increased, and the “maras” strengthened their structure, criminal participation, and geographical presence. Amid debates whether these groups have matured into transnational organised crime syndicates, the phenomenon sparked great interest in the movie industry. Recent years have seen a proliferation of documentaries that examine the nature of the gangs and state responses to them. These visual productions warrant scrutiny not only because they shine a spotlight on one of Western Hemisphere’s key security challenges, but also because they shape public opinion on gangs and can create support for some policies and rejection of others. This article explores the portrayal of the “maras” in six documentaries and the implications of these representations for the adoption of anti-gang strategies.