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Although the change to an adversarial system has made a significant progress in Estado de Mexico, legal provisions do not procure enough guidance to judges and legal counsellors on how to proceed with the exclusionary rule, persisting important doubts in this regard. This article seeks to evaluate if judges thoroughly respect the human rights of the accused, at the expense of the victim’s right to obtain the truth. At the same time, this paper intends to answer if judges consider the seriousness of the crime while evaluating the specific cases for which they can admit illegally obtained evidence. Among the survey fi ndings are that there is a considerably rhetorical knowledge of the illegal evidentiary material, however, there exists a predisposed lawless criminal investigation for violent and organized crime which makes prosecutors present this type of evidentiary material in court. The common consequence, if defense counsellors present arguments against this information, is that judges exclude it from the legal process and several criminals remain unpunished.
Aunque la transición al sistema acusatorio ha mostrado un avance significante en el Estado de México, de la interpretación de la norma se advierten varias dudas sobre el tema de la prueba obtenida ilícitamente. Este artículo analiza si los jueces deciden respetar los derechos humanos del acusado, por encima de aquellos de la víctima a obtener la verdad. Al mismo tiempo, este estudio evalúa si los jueces consideran la gravedad del delito cuando resuelven admitir o rechazar prueba obtenida ilícitamente. De la encuesta realizada encontramos que no obstante exista un conocimiento teórico de los medios de convicción ilícitos, la investigación criminal de delitos violentos y delincuencia organizada se realiza sin apego a la norma. En forma subsecuente, y en el caso de que la defensa se oponga a dichos medios de convicción, los jueces excluyen estas probanzas orientando el procedimiento hacia la impunidad.
