En este trabajo, una vez examinada la dinámica de la financiación autonómica desde su puesta en funcionamiento, llevamos a cabo una valoración general del nuevo modelo, resaltando sus principales virtudes y limitaciones. En este sentido destaca que es la primera vez en la historia de la financiación autonómica que se ha alcanzado un acuerdo unánime entre todas las fuerzas políticas de nuestro país para aprobar un modelo de distribución de los recursos financieros entre la Administración Central y la Autonómica. En ese sistema que entró en vigor en enero de 2002, ha de destacarse la introducción de un nivel aceptable de autonomía financiera, a la vez que presenta un carácter de permanencia, pues se elimina la necesidad de renovación del sistema cada cinco años.