La creación de la Unión Económica y Monetaria ha traído consigo la necesidad de mayores grados de disciplina y coordinación presupuestarias. España ha seguido estrictamente el mandato a favor de la disciplina y la coordinación. En 2001 el Parlamento aprobó una Ley de Estabilidad Presupuestaria. Esta ley tiene notables consecuencias para las finanzas públicas estatales y regionales. El presente artículo explora las principales implicaciones de los principios de estabilidad y transparencia, con especial consideración a la situación de las Haciendas Territoriales.