En Argelia, el Hirak, o movimiento de protesta popular, iniciado el 22 de febrero, no da señales de amainar. Tras conseguir la renuncia de Abdelaziz Buteflika, pretende oponerse a la elección presidencial, fijada para el 12 de diciembre. Los manifestantes vituperan a los cinco candidatos al gobierno en liza, y reclaman un periodo de transición y una remodelación completa del sistema. Una exigencia que recibe una negativa rotunda por parte del poder.