En este trabajo se realiza una sucinta caracterización de los sistemas de relaciones existentes entre los sistemas financieros y la economía real, tradicionalmente denominados ¿banca-industria¿, para destacar que no existen razones concluyentes a favor de ninguna de sus modalidades extremas y que el propio desarrollo de los sistemas financieros los lleva hacia formas híbridas de relación entre el ahorro y sus colocaciones productivas, en las que coexisten cada vez en mayor medida formas directas e intermediadas. En relación con ello, y puesto que la titularidad de los activos financieros emitidos por las empresas implica derechos sobre la dirección, supervisión y control de las mismas, el trabajo caracteriza también los sistemas de gobierno de empresas y las formas extremas que pueden ofrecer, en función de los mecanismos internos o externos de control en los que se detecta, asimismo, una tendencia hacia la uniformidad, mediante la convergencia de dichos mecanismos hacia el gobierno de los mercados y bajo los auspicios de una serie de normas mínimas de actuación.