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Alejandro Cardozo Uzcátegui, Víctor M. Mijares
Rusia y Venezuela encontraron en la corrupción un elemento en común. En los sectores de energía y defensa, sus prácticas ilegales han servido para galvanizar una relación cada vez más estrecha. Rusia se queda con la mejor parte, mientras que el régimen venezolano sacrifica su industria, sus recursos naturales y a su población a cambio de sobrevivir.
