En este artículo se arguye que el pleno desarrollo de la lógica de la abundancia que subyace en la Nueva Economía y está asociada al ¿efecto red¿, nos llevará a una situación límite (de competencia perfecta) en donde las estrategias típicas de ¿tomar la posición¿ o ¿establecer un estandar¿ no son practicables, en donde fidelizar a la clientela es imposible y en donde formar a la plantilla en las TIC es no aconsejable de forma que clientes y empleados deben dejar de ser considerados como tales y pasar a ser verdaderos colaboradores de la empresa. Asimismo, se sugiere que la política de la competencia debe ser revisada en el sentido de facilitar el tamaño de aquellas empresas que por ambición y miopía no se reprimen a la hora de explotar el ¿efecto red¿.