La pasada década se ha caracterizado por la existencia de un intenso debate internacional sobre los modelos de operación de sectores tradicionalmente monopolizados como la electricidad y el gas natural. La Comisión Europea está llevando a cabo un considerable esfuerzo con el objeto de crear un mercado interior de energía, cuyos primeros frutos han sido las Directivas con normas comunes para crear el mercado interior de la electricidad y el mercado interior del gas. Recientemente se ha presentado un proyecto de nueva Directiva que apuesta decididamente por eliminar barreras de entrada en estos sectores y crear un mercado donde sea posible la competencia entre los distintos agentes. En esta misma tendencia se está situando España, donde tras la aprobación de la Ley de Hidrocarburos se han producido nuevos cambios regulatorios con un espíritu marcadamente liberalizador y pro competencia. Sin embargo, tanto a nivel europeo como español, persisten diversos problemas estructurales que pueden ralentizar significativamente el ritmo propuesto por los diferentes legisladores. Ambas cuestiones se han descrito someramente en el presente artículo.