Las cifras nos muestran un escenario poco halagüeño. Se han perdido durante el último año 100 millones de horas de trabajo, lo que supone unos costes directos de 5.400 millones de euros. Lo peor de todo, es que durante el pasado año este mal que deteriora la economía ha alcanzado un nuevo máximo histórico. Es necesario una metodología que priorice las acciones necesarias para su control e incorpore los recursos necesarios y se perpetúe a lo largo del tiempo para enderezar esta situación.