Las largas jornadas pasan factura a la salud, especialmente cuando las trabajadoras sobrepasan las 50 horas semanales. Esta situación sumada a las responsabilidades familiares que recaen generalmente sobre la mujer, dejan huella en su salud y afectan a la productividad. Por lo tanto, cuidar el bienestar de los empleados es un asunto que no solo les beneficia a ellos mismos, sino también a la cuenta de resultados de la compañía.