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Son bien conocidos los efectos negativos que tiene el calor extremo sobre el organismo desde un punto de vista fisiológico. Por ello, con la finalidad de proteger a los trabajadores, existen unos límites de exposición a estrés por calor, definidos de tal forma que no se supere la capacidad de respuesta fisiológica de los mismos, cuando éstos están sometidos a ambientes calurosos. Sin embargo, aunque menos evidentes, se conocen desde antiguo alteraciones sobre el comportamiento motivadas por este mismo agente físico, las cuales vienen siendo objeto de un estudio minucioso por especialistas desde la perspectiva de la prevención de riesgos laborales, habiéndose establecido que el trabajo en condiciones de estrés por calor provoca una disminución del rendimiento cognitivo en los trabajadores, y con ello un incremento de la probabilidad de error que varía en función del tipo de tarea, y que dicha probabilidad de fallo se puede cuantificar y modelar con fines predictivos para una aplicación preventiva. En este contexto, a lo largo de este trabajo se exponen los aspectos más importantes sobre el estado actual de la cuestión con relación al estudio del error humano en condiciones de estrés térmico, poniendo énfasis en la conveniencia de que dicha sobrecarga térmica sea monitorizada, valorada y mitigada, a fin de poder preservar el adecuado desempeño cognitivo en los trabajadores.
