No siempre se pueden evitar este tipo de riesgos, especialmente cuando es parte de la rutina de los trabajadores. Una manera de minimizarlo es a través de la biomecánica laboral. Ésta se encarga de estudiar el cuerpo humano mientras acomete la actividad y generar acciones que se encaminen a una disminución directa de las bajas de origen osteomuscular. Para ello, los trabajadores y la empresa deben ser conscientes de la trascendencia de este problema sobre la salud y la productividad de los trabajadores.