El mar es un entorno singular y, en ocasiones, hostil. Un escenario lleno de riesgos y de imprevistos que no facilitan la labor a los pescadores. De hecho, es la industria que más vidas se cobra anualmente. Por este motivo, la luz de alarma está encendida. Adoptar las medidas necesarias que garanticen la seguridad de la tripulación, y poner en valor la cultura preventiva puede cambiar completamente el rumbo de este sector