Leioa, España
La frontera no puede ser ya entendida como una línea de demarcación de la soberanía de un Estado. Por el contrario, la producción de lo fronterizo, su despliegue mismo por una multiplicidad de espacios internos y externos al propio Estado, viene a designar una recomposición del poder soberano que –utilizando el marco de la UE como caso de estudio– en este artículo se interroga desde su imbricación con el ethos securitario. Lo fronterizo emergerá como una geografía cambiante de límites imprecisos a través de la cual se activan procesos de captura de espacios y subjetividades. Esa captura, que aúna una vigilancia cada vez más extensa e invasiva y unas lógicas de control militarizadas, vendrá a designar una de las manifestaciones más notorias de un hacer securitario que se legitima en la gestión bio-necro-política de una subjetividad migrante leída, en gran parte, en clave de riesgo.
The border can no longer be understood as a line demarcating a State’s sovereignty. On the contrary, border production, that is, border deployment via multiple spaces that are internal and external to the State itself, brings about a recomposition of sovereign power. Taking the EU framework as a case study, this paper examines this recomposition based on its interweaving with the security ethos. The border emerges as a shifting geography of imprecise limits through which processes of capturing spaces and subjectivities are activated. This capture, which combines increasingly extensive and invasive surveillance with militarised control rationales, is one of the most notorious manifestations of a securitarian act that is legitimised in the bio-necro-political management of a migrant subjectivity that is seen, largely, in terms of risk.