Llevar un ritmo de vida acelerado, sin horarios, no es lo más recomendable para nuestra salud. El desorden en el día a día pasa factura a nuestros ritmos biológicos. Falta de sueño, hábitos alimenticios poco saludables, accidentes de trabajo, cáncer, etc., son algunas de las consecuencias que se pagan si das la espalda a unos hábitos ordenados en tu rutina cotidiana.