En este artículo interesa mostrar, por un lado, el efecto libre que tuvieron los ingresos por perceptor sobre la creciente desigualdad que experimentó la distribución del ingreso en los años ‘90; y, por el otro, la respuesta que ofrecieron los hogares más pobres a esa situación a través de una mayor utilización intensiva de la fuerza de trabajo disponible... Si eso no hubiese sido así, la pobreza y la desigualdad hubiesen sido mayores.