Hasta hace poco se pensaba que el sector agrario era seguro y que estaba todo controlado. Sin embargo, la falta de datos ha sido la causante de proyectar esta imagen distorsionada. La auténtica realidad no está registrada en las fuentes ofi - ciales. Es un sector vulnerable con altos índices de siniestralidad, con una escasa formación preventiva que requiere con urgencia una especial atención por parte de los agentes implicados.