Sonia Combe
Para los intelectuales que, después de 1945, decidieron vivir en la que sería la República Democrática Alemana, el imperativo era contribuir a construir el socialismo. La lealtad hacia sus convicciones les condujo la mayoría de las veces a aceptar guardar silencio a pesar de sus desacuerdos con el régimen. Entre ellos se encontraba Anna Seghers, autora de la conmovedora novela Tránsito.