La educación es un elemento fundamental e imprescindible para formar personas íntegras y crear una sociedad cohesionada. Para la consecución de este objetivo se requiere la colaboración de todos los miembros de una sociedad: desde el ámbito más privado de la familia hasta el más público de las instituciones administrativas. Este artículo afronta esta cuestión desde el punto de vista del grafiti y del respeto al patrimonio que nos rodea, abordados desde la visión de dos ciencias, la Sociología y la Criminología. En ambos casos se pretende lograr óptimos resultados con la colaboración tanto de los miembros de la sociedad como en la educación que se ejerza en los miembros más jóvenes de la sociedad.