Pablo Josué Escobar Corales, Celia Alejandra Mendoza Escobar, Miriam Erendira Calvillo Velasco
El conflicto armado en El Salvador, entre 1980 y 1992, trajo como resultado alrededor de 75 000 muertes, más de un millón de personas refugiadas y miles de personas desaparecidas.
Dentro de los acontecimientos más dramáticos, provocados por la guerra está, sin lugar a dudas, la desaparición forzada y separación involuntaria de cientos de niños y niñas que fueron alistados como soldados y combatientes, tanto por las Fuerzas Armadas Salvadoreñas como por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Además de propiciar uno de los negocios más aberrantes y vergonzantes de la historia salvadoreña. Los menores fueron llevados a orfanatos desde donde se estableció un lucrativo comercio de infantes disfrazado de adopciones con la complicidad del gobierno y de organizaciones civiles y religiosas nacionales y extranjeras. Veinticinco años después, continua la búsqueda de esos ahora jovenes y adultos. ¿Dónde están? Ha sido la pregunta que ha guiado la tarea que iniciaran en 1994 los padres, madres y familiares junto con el sacerdote Jon Cortina y que continua hasta el día de hoy a través de la Asociación Pro-Búsqueda de Niñas y Niños Desaparecidos.
The armed conflict in El Salvador, between 1980 and 1992, resulted in around 75,000 deaths, more than one million refugees and thousands of missing persons. Among the most dramatic events provoked by the war is, without a doubt, the forced disappearance and involuntary separation of hundreds of children who were enlisted as soldiers and combatants, both by the Salvadoran Armed Forces and the Farabundo Martí Front. for National Liberation. In addition to promoting one of the most aberrant and shameful businesses in Salvadoran history. The children were taken to orphanages from where a lucrative trade of infants disguised as adoptions was established with the complicity of the government and of national and foreign civil and religious organizations. Twenty-five years later, the search continues for those now young and adults. Where are they? It has been the question that has guided the task begun in 1994 by parents, mothers and relatives together with priest Jon Cortina and that continues to this day through the Pro-Search Association for Missing Children.