Los 130 años que cumple nuestro Código Civil, sirven de argumento para analizar algunas cuestiones que la práctica viene poniendo en evidencia. La necesidad de procurar los cambios que sean necesarios, conforme a criterios propios de una doble realidad: social y jurisprudencial, y de hacerlo más operativo, permitiéndole recuperar la autoridad que parece haber perdido, especialmente referida al ámbito del Derecho de familia y, en particular, al interés de los menores, así como la iniciativa que también ha perdido en beneficio de las Comunidades Autónomas con Derecho civil propio.