En Europa y en Norte América, los gobiernos han respondido a la crisis financiera de 2007-8 asumiendo la deuda de los bancos y de las compañías de seguros. Los consecuentes programas de austeridad para reducir esa deuda han recortado los niveles de vida de todas las personas excepto de las más ricas. Los gobiernos insisten en que los recortes son necesarios y están distribuidos justamente. En esta revisión de las políticas de austeridad en UK, estas pretensiones son desafiadas, en primer lugar, valorando el impacto de los recortes del gasto social sobre algunos grupos de población clave y, en segundo lugar, mostrando cómo ciertas reformas específicas, incluso aquéllas proyectadas con anterioridad a la crisis financiera, tienden a afectar a las y los pensionistas actuales y futuros, especialmente a las mujeres y a las personas con ingresos más bajos. Finalmente, reviso la efectividad de las políticas de austeridad que pretenden hacer frente al déficit, y esbozo políticas alternativas que han sido propuestas por algunos críticos. Concluyo que los recortes no sólo son injustos, ya que empeoran la división social entre los muy ricos y el resto de la sociedad, sino también contraproducentes de cara al objetivo de recuperar la actividad económica y reducir el déficit.
Across Europe and North America, governments responded to the financial crisis of 2007-8 by taking on the debt of banks and insurance companies. Subsequent austerity programmes to reduce that debt have cut the living standards of all but the richest. Yet governments insist cuts are necessary and that they are fairly distributed. In this review of austerity policies in the UK, these claims are challenged, first by assessing the impact on key population groups of cuts in welfare spending and second by showing how specific reforms, including those planned before the financial crash, are likely to affect current and future pensioners, especially women and those living on low incomes. Finally, I review the effectiveness of austerity policies in tackling the deficit, outlining alternative policies that have been put forward by critics. I conclude that the cuts are not only unfair, exacerbating the social division between the very wealthy and the rest of society but are also counterproductive to the aim of restoring economic activity and reducing the deficit.