Desde su óptica particular, la percepción que los ciudadanos tienen de la institución de la expropiación forzosa es la del uso de la coacción por parte de las Administraciones Públicas frente a sus derechos patrimoniales individuales, esto es, el despojamiento de su propiedad contra su voluntad. Sin embargo, la expropiación puede ser un recurso al servicio de los ciudadanos cuando estos deseen usarla activamente en los supuestos legalmente previstos.