El presente artículo tiene como objetivo realizar un análisis histórico de las relaciones cívico-militares en Argentina, tratando de responder dos interrogantes centrales: 1) ¿cómo se explica la gran cantidad de golpes de Estado sucedidos en Argentina durante el siglo XX? 2) ¿Cuáles son los principales elementos que garantizaron casi tres décadas ininterrumpidas de gobiernos democráticos, aun habiendo experimentado levantamientos militares y graves crisis económicas? Partiendo de las principales teorías sobre la conducción política de las Fuerzas Armadas y de los conceptos de poder, dominación y habitus se asumen dos hipótesis explicativas: por un lado, que la sucesión de golpes de Estado iniciada en 1930 se debió a un habitus originado durante el proceso de construcción del Estado nacional, definido por una corporativización del uso de la violencia por parte de las Fuerzas Armadas. En segundo lugar, que los cambios en la concepción del poder y su “monopolización” por parte del Estado a lo largo de la década de 1980 redujeron esa corporativización del uso de la violencia, dando lugar a un cambio de habitus caracterizado por la estabilidad democrática y la conducción civil y política del aparato castrense.
This article seeks to analyze civil-military relations in Argentina trying to answer two central questions: 1) How can be explained the coups that occurred in Argentina during the 20th century? 2) What are the main elements that ensured almost three continuous decades of democratic governments, even having experienced military uprisings and economic crisis? Based on the traditional theories of political leadership, civilian control of the armed forces and the concepts of power, domination and habitus we assume two explanatory hypotheses: 1) the succession of coups is the result of an habitus that begins during the construction of the national state defined by a corporatization of the use of violence by the armed forces. 2) Changes in the conception of the power over the decade of 1980 reduced the corporatization of the use of violence, resulting in a change of habitus characterized by democratic stability and civil and political control of the military