Rémi Castets Castets
Aunque es difícil calcular el número de uigures encarcelados o que han pasado por los centros de reeducación –se habla de un millón–, lo cierto es que un sistema de vigilancia sin precedentes persigue a los musulmanes de Xinjiang, a los cuales no se les sanciona por lo que han hecho, sino por lo que podrían hacer. Xi Jinping quiere promover esta política de represión y de “sinización” como un modelo para la seguridad.