Laurent Bonelli
Hacía tiempo que un movimiento social no causaba tanta inquietud a los gobernantes. La amplitud, duración y determinación del de los “chalecos amarillos” les ha sorprendido desagradablemente. También les ha desconcertado su heterogeneidad en cuanto a su interés por la política, actividad profesional, lugar de residencia y orientación ideológica. No puede ser imputado a organizaciones políticas o sindicales tradicionales: reúne diversos sectores de lo que llaman “la mayoría silenciosa”, en cuyo nombre dicen expresarse y de la que no esperan una movilización que no sea la del voto.