Luis Bouza García , Jorge Tuñón Navarro
El 17 de abril de 2018, el presidente francés Emmanuel Macron en el Pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo, apeló al “renacimiento de la soberanía europea”. Este artículo analiza las funciones atribuidas a la red social preferida para el debate y la discusión política: Twitter. Atiende a la distribución de la información, el impacto de la propia red social en la modificación de la agenda pública, la personalización de la transmisión del discurso político en redes sociales, así como los nuevos hábitos de consumo de discursos políticos, específicamente en el contexto de Twitter. Los resultados muestran que: 1) los corresponsales tienen impacto en una fase descriptiva hacia las audiencias nacionales pero menos en el incipiente espacio transnacional donde otros activistas pueden lanzar mensajes directamente a sus audiencias; 2) la falta de una estrategia comunicativa común de las instituciones de la UE, les hizo fracasar al intentar establecer la agenda setting a través de hashtags sin éxito; 3) Macron es un actor político transnacional en Europa, cuya personalización política le hace capaz de comunicar a través de espacios públicos fragmentados; 4) El contenido de los mensajes pasa muy rápidamente de una aproximación descriptiva a una de creación de marcos.
On April, 17th 2018, the French president, Emmanuel Macron, in the Plenary of the European Parliament in Strasbourg, appealed to the “renaissance of European sovereignty”. The article analyzes the functions attributed to the preferred social network for debate and political discussion, Twitter, focusing essentially on: the distribution of information, the impact of the social network on the modification of the public agenda, the personalization of the transmission of political discourses in social networks, as well as new habits of political consumption specifically, in the context of Twitter. The results show that: 1) journalists have a key role in the descriptive phase towards national publics but a less salient one in the emerging transnational sphere where political actors target their own publics directly; 2) EU institutions failed to try to set the agenda setting through hashtags without success; 3) Macron is a transnational political actor capable of communicating through fragmented public spaces; 4) The content of the messages passes very quickly from a descriptive to a framing approach.