De la revolución industrial clásica por histórica se ha llegado hasta la actual revolución industrial 4.0, así denominada, porque también incorpora masivamente la digitalización en el proceso de producción, dando paso así cuerpo a una economía digital que hoy día ayuda a explicar la globalización, una economía, pero, que no puede ni debe confundirse, sin más, con una economía colaborativa por altruista.
La relación de trabajo capitalista tiene su hábitat natural en el mercado porque es en donde vive y sobrevive (reproduce) la ajenidad: la plataforma digital —un punto de encuentro estratégico hoy día— es una nueva versión más del mercado donde se compra y vende de manera sincronizada trabajo por cuenta ajena al albur de los algoritmos, un trabajo, que, en no pocos casos, es precario (sin frenos: ¿peones digitales?) y, en ocasiones —a mayor inri—, de forma irregular (sin el contrato debido: ¿falsos autónomos y/o falsos cooperativistas?).
From the classic industrial revolution, it arrives the current industrial revolution, so called 4.0, because it incorporates digitization in the production process, thus giving way to a digital economy that allows to explain globalization. Nevertheless, this economy should not be confused with a collaborative and altruist economy.
The capitalist labour relationship has its natural habitat in the market because it is here where the dependency work lives and survives (reproduces); the digital platform — a strategic meeting point at the moment — is a new version of the market where the workforce is bought and sold. A sort of work so often precarious (without brakes: digital pawns?), informal (without contract: 'false' self-employed?).