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Ana Belén Casares Marcos 
La regulación del régimen disciplinario del estudiante universitario es un asunto espinoso y, sin embargo, absolutamente inaplazable si se quiere avanzar en la senda de modernización de nuestras universidades. La Ley Orgánica de Universidades de 2001 no ha establecido siquiera unas mínimas líneas básicas sobre infracciones o sanciones. Mientras se hace esperar una norma general al respecto, algunas universidades han optado por aprobar y aplicar normativas sancionadoras internas propias, reglamentos que buscan pautar la disciplina académica y la convivencia en la institución respectiva, de valor, en todo caso, más que dudoso al presentar serias dudas desde la vertiente formal, cuando no también material, del principio de legalidad que sanciona al efecto el artículo 25.1 de nuestra Constitución.
The disciplinary regime of the University student is a thorny issue and, nevertheless, absolutely peremptory if we wish to advance in the path of modernization of our Universities. The Organic Law of Universities of 2001 has not even established minimum basic red lines on applicable infractions or sanctions.
While waiting for a general rule in this regard, some Universities have chosen to pass and apply their own internal sanctioning regulations, seeking to guide academic discipline and coexistence in the respective institution. Their value is, in any case, more than doubtful both from the formal perspective, if not also the material one, of the legality principle that is recognized to this effect in article 25.1 of the Spanish Constitution.
