En 2017, el Panel Internacional de Recursos de las Naciones Unidas preveía que el consumo mundial de recursos materiales alcanzara los 90.000 millones de toneladas en 2017, más de tres veces la cantidad que se consumía en 1970.
Una cifra que de seguir las tendencias actuales podría llegar a duplicarse entre 2015 y 2050 con un consumo por habitante en países de ingresos elevados diez veces superior al de los países de bajos ingresos y unos valores globales que superarían los límites de resistencia del planeta.1 En este artículo examinamos algunas tendencias actuales de extracción de materiales, algunas características del extractivismo y los conflictos que genera. Reflexionamos sobre los diferentes tipos de violencias y formas de poder que se despliegan en estas luchas. Destacamos el rol de los movimientos de justicia ambiental no solo como víctimas pero como actores clave en la construcción de alternativas al desarrollo.