El importante incremento de divorcios en las sociedades occidentales conlleva que el derecho de familia deba plantearse la salvaguarda del bienestar de los menores hijos de padres divorciados como una de sus prioridades. Recurrir a los tribunales para gestionar los conflictos familiares resulta muy a menudo insatisfactorio, como los propios jueces confiesan. En pocas palabras, los problemas se cronifican. Por ello debemos apostar por el desarrollo de los Alternative Dispute Resolution. Este artículo se centra en el análisis de ADR como el derecho colaborativo, la coordinación parental, la evaluación neutral previa o el arbitraje de familia, a la vez que reflexiona sobre algunos aspectos específicos de la mediación –así, la obligatoriedad o la mediación abierta-. Las experiencias exitosas de derecho comparado constituyen el sustrato de algunas propuestas para optimizar la gestión de los conflictos familiares en nuestro país.