Tasia Aránguez Sánchez
Desde los años noventa del siglo pasado se está produciendo dentro de la medicina una lenta transformación que cuestiona el androcentrismo de dicha ciencia. Los aspectos cuestionados conciernen a los estereotipos de género presentes en la atención sanitaria, la exclusión de las mujeres de los ensayos clínicos, o la falta de conocimiento suficiente sobre el funcionamiento del cuerpo de las mujeres. Uno de los aspectos de esta transformación es el creciente interés por las enfermedades de alta prevalencia femenina como la fibromialgia y la endometriosis.
Las asociaciones de mujeres afectadas reivindicamos nuestro derecho a la salud que todavía no está siendo garantizado de forma efectiva. Las enfermedades son muchas veces confundidas con dolencias de tipo psicosomático y el diagnóstico se demora durante años, con muchos especialistas consultados. Apenas se invierten recursos en estas enfermedades y, como consecuencia, las técnicas de diagnóstico son pobres y los tratamientos insuficientes. A esto se suman las extraordinarias dificultades para el acceso a pensiones de la seguridad social que enfrentan las afectadas cuando la enfermedad es incapacitante. Dichas dificultades son producto de la falta de perspectiva de género de la legislación en materia de seguridad social. El mainstreaming de género es la exigencia legal de incorporar esta perspectiva a las políticas públicas y a las normas, lo que habría de conducir a transformaciones en el ámbito sanitario.
Since the nineties of the last century a slow transformation is taking place in medicine field that questions the androcentrism of this science. The questioned aspects concern the gender stereotypes present in health care, the exclusion of women from clinical trials, or the lack of sufficient knowledge about the functioning of the women’s body. One of the aspects of this transformation is the growing interest in diseases that mainly affect women such as fibromyalgia and endometriosis. The associations of affected women claim our right to health, which is not yet being guaranteed effectively. The diseases are often confused with psychosomatic diseases and the diagnosis is delayed for years, with many specialists consulted. Resources are hardly invested in these diseases and, as a consequence, diagnostic techniques are poor and treatments are insufficient. Added to this are the extraordinary difficulties for accessing benefits for disability (when these diseases are disabling). These difficulties are the product of the lack of a gender perspective in the social security law. Gender mainstreaming is the legal requirement to incorporate this perspective into public policies and norms, which would lead to transformations in the health field.