Italia le ha arrebatado a Grecia el puesto de mal alumno de la Unión Europea. Al centrarse en el gasto social, su ley de presupuestos para 2019 transgrede el dogma de la austeridad. La Comisión amenaza con tomar represalias y advierte del populismo. Esta lectura, cómoda para descalificar cualquier desobediencia, no permite comprender las orientaciones del nuevo Gobierno transalpino.